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domingo, 13 de abril de 2008

SEGOVIA SIGUE SIN CAMPUS.

Hace 22 meses una ceremonia simbolizó el inicio de las obras del complejo universitario, desde entonces el Regimiento ha desaparecido pero las máquinas no han empezado la nueva construcción de la UVA
P. Bravo - Segovia

El proyecto de construcción del campus público de Segovia ha traspasado la barrera de los sueños para comenzar a hacerse realidad. Esta frase fue pronunciada el día 14 de junio de 2006 por el entonces vicerrector Santiago Hidalgo en el acto de colocación de la primera piedra de las futuras instalaciones de la Universidad de Valladolid en Segovia, que simbolizaba el inicio de las obras en el antiguo acuartelamiento “Alto de los Leones de Castilla”.

Pero parece ser que algunos o todos los implicados en este proyecto se han quedado “dormidos” en los laureles de esa jornada que fue calificada como “histórica para Segovia” por el alcalde Pedro Arahuetes, en la que se hizo sentir la ausencia de representantes del Gobierno regional, en la que el ex rector de la UVA, Jesús María Sanz Serna dijo sentirse como Moisés llegando a la tierra prometida sin entrar en ella, y en la que su sucesor en el cargo, Evaristo Abril se comprometía a luchar para que “las máquinas no paren”.

Después de 22 meses, muchas tramitaciones, numerosos compromisos seguidos de cambios en el calendario y más de un reproche cruzado entre los anteriores responsables de la Universidad de Valladolid, los actuales y la Consejería de Educación, la primera piedra colocada es la única que hay del futuro campus. Los ciudadanos han visto como el Regimiento era borrado de la imagen de la ciudad, pero aún no conocen cuando comenzará a construirse en su lugar el complejo universitario.

En el verano de 2006 la empresa Reciclajes y Derribos Olite (RDO) de ERRI BERRI SL ejecutó los trabajos de demolición de las antiguas instalaciones militares. La desaparición del Regimiento, —cuya superficie había sido cedida por el Ayuntamiento a la UVA en abril de 2002— provocó cambios temporales en la organización del tráfico de la zona y tristeza a muchos ciudadanos que lamentaron la pérdida de un edificio que consideraban emblemático.

La empresa navarra, que recibió la adjudicación de la obra por un millón de euros (1.040.000 euros) cumplió los plazos de ejecución (seis meses) e incluso los recortó. De forma que desde el inicio del otoño de 2006 el espacio abierto entre las calles Coronel Rexach y Caño Grande y la plaza Alto de los Leones de Castilla, —unos 14.500 metros cuadrados de terreno—, permanece vacío y sin actividad. A partir de ahí todas las idas y venidas de este proyecto han tenido lugar en los despachos de las autoridades competentes o ante los micrófonos de los periodistas.

El día 25 de septiembre de 2006, el entonces consejero de Educación, Francisco Javier Álvarez Guisasola anunció a este periódico la firma de un convenio con la Universidad de Valladolid por el que la Junta de Castilla y León se comprometería a financiar íntegramente las obras del campus de Segovia, dando cumplimiento a la promesa que él había realizado en 2003 de destinar un partida finalista para este proyecto. Hubo varias previsiones sobre la fecha de la firma del citado convenio que fueron pospuestas, hasta que el día 29 de marzo de 2007 el consejero Francisco Javier Álvarez Guisasola y el rector Evaristo Abril rubricaban el documento que garantiza una inversión de la Junta por valor de 32 millones de euros. Esta cuantía se sumaba a 2,7 millones de euros procedentes de los fondos Feder de la Unión Europea destinados antes a este proyecto.

Precisamente, la financiación ha sido uno de los temas de enfrentamiento. Hay que recordar que poco antes de dejar su puesto de rector, Jesús Sanz Serna, criticó la falta de implicación económica de la Administración regional en el desarrollo del campus segoviano, y le llovieron las réplicas desde las filas del PP. Fue calificado como “rector nefasto para Segovia”, se le acusó de haber dilatado la tramitación de las obras en el Regimiento para meter el dinero en Valladolid y la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, María Jesús Ruiz, le pidió cuentas sobre lo que había hecho con el dinero procedente de los Feder correspondientes al periodo 2000-2006, cuyo gasto “no ha justificado”. Horas antes de la ceremonia de colocación de la primera piedra del complejo universitario (junio de 2006), María Jesús Ruiz recriminaba a Sanz Serna que “venga a hacerse la foto a Segovia”, cuando “aún no ha puesto un solo ladrillo”.

Según mantuvo el gabinete de Sanz Serna el dinero procedente de Europa fue invertido en Segovia, entre otros fines, para afrontar las obras de demolición del Regimiento y de preparación del terreno, así como en la organización y dotación de los premios del concurso de ideas para la ordenación del campus, convocado en diciembre de 2004 para elegir el proyecto a realizar.

La propuesta Kaplan de los arquitectos José Ignacio Linazasoro y Ricardo Sánchez fue la ganadora (abril de 2005) y sus autores recibieron el encargo de realizar el proyecto básico del conjunto universitario y el de demolición de las instalaciones militares.

El documento básico fue presentado en enero de 2006 y anunciaba un campus integrado y permeable a la vida de la ciudad. Entonces los responsables de la UVA hablaron de estructurar en dos fases la construcción del complejo, de forma que se podía iniciar una mientras se ultimaba el proyecto de la segunda. Pero también se ha cambiado esta planificación.

Más de un año tardó en llegar a la Universidad el proyecto de ejecución de la primera fase de las obras ( mayo de 2007), y aunque los responsables de la UVA apuntaron al otoño como periodo de inicio, Evaristo Abril reconoció el pasado mes de octubre, durante la ceremonia de inauguración del curso 2007/2008, que habían surgido nuevos retrasos porque el equipo técnico de la UVA había estado “volcado en las obras de la Facultad de Ciencias de Valladolid y el campus de Soria”. Su previsión entonces fue: adjudicar las obras en enero de 2008 y comenzar los trabajos en primavera. Aunque en noviembre se produjo un avance con la entrega del proyecto de la segunda fase de actuación, los planes se han vuelto a incumplir.

La Consejería de Educación ha detectado un desfase presupuestario de más de 14 millones sobre la inversión prevista de 32 millones que obliga a modificar el proyecto y pospone sin fecha el esperado comienzo de la construcción del campus, según informó el pasado miércoles el titular de este departamento Juan José Mateos.

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